Sonntag, 14. Oktober 2007

LET'S GO TO THAI BOXING


By Rafael Marcelo Arteaga


El domingo llame a Moon para ver a donde vamos. Era una tarde de lluvia, asi que no habia mucho para elegir. Nos habria gustado visitar de nuevo los gogo bars, donde ingenuas muchachitas con pocos trapos, o nada, bailan sobre el ring hasta el amanecer esperando que un turista las saque de las cuerdas a cambio de una cerveza. Luego sera su trabajo hacer que el consuma: un juego permitido de manos por todo su cuerpo sera la mejor invitacion. Por cada botella vendida ella guarda bajo su brasier un ticket, que al final de la jornada, lo canjea por dinero en efectivo; si antes otro cliente mas entusiasta y con muchos deseos de ser infiel (los cuernos no se ven sino en ciertos animales)y de probar los frutos de estas tierras exoticas no paga al duenio del bar el equivalente a una semana de trabajo de la joven -a cambio de llevarsela de alli. El precio a arreglar por horas extras,entonces, es asunto de dos. A la siguiente noche, ella debe estar de vuelta al bar.

Impensable ir alla a esa hora, pues el ritmo de la ciudad se enciende recien al anochecer. Sonreimos con tales pensamientos y algunas bromas sobre ladies y ladies boy. Un massage? Estabamos molidos con la sesion de aerobicos del dia anterior.
-I don't mind sex massage! Aclaro de inmediato Moon.
-Never mind-, respondi yo. Da lo mismo: foot, head, hand, sweedish, thai, body, sex massage, al final del trabajo siempre pagas.
-You're right-. Aniadio mi amigo. The rest is just a moral matter.
-Eso creo-, conclui yo.
Las peliculas en red lucian poco interesantes. Las paredes de casa, a veces, se vuelven una prision para delincuentes de alta peligrosidad, con sus puertas llenas de aldabas, ojos de buey, ventanas con rejas de hierro. En instantes de aburrimiento, hasta los delicados alfileres pueden ser armas letales que nos invitan al suicidio. Cuantos de ellos estan regados por la casa? Cuantas cuerdas ocultas en un pequenio bahul podrian acariciar nuestros delicados y esbeltos cuellos, apretarnos dulcemente hasta que la sangre deje de subir al cerebro y el corazon, desorientado y sin ordenes, deje de trabajar?

-We want out!-, gritamos juntos. Cual es el precio de la modernidad?
-Just that, we don't know what can we do in a rainig sunday afternoon! Salgamos de una vez.
-What about thai boxing?- Irrumpio de pronto Moon, mientras mirabamos a un gato huyendo de la tormenta por los tejados. No me parecio mala idea. Tome mi pasaporte, nos pusimos las sandalias y abandonamos al fin la prision.
-To the boxing palace, please! Ordenamos al chofer del taxi, libres al fin nuestros cuerpos de las paredes y los objetos que amamos (a veces).

Hasta hoy tal actividad yo la habia visto por television apenas, mientras los habitantes de aqui asisten -como una religion- cada fin de semana al coliseo, mas que al futbol u otro deporte, desde donde se trasmite a traves de cadenas nacionales memorables jornadas de esta actividad que significa la esencia, el espiritu tailandes; algo que sucede hoy regularmente tambien en Ecuador, solo que para disturbar nuestro franciscano aburrimiento con otra actividad no menos turbulenta -como es la politica.


Antes de entrar al recinto deportivo, yo tuve que alquilar una camisa y un pantalon, pues no podia hacerlo con camiseta y bermuda. La sola idea me provoco nausea; pero de pronto me acorde de piscinas y balnearios ecuatorianos, como el Tingo, o Atacames, donde si no tienes un bikini o pantaloneta, siempre puedes alquilar una. Hasta hoy nadie ha muerto a causa de ello, que yo sepa, asi que respire hondo -no tenia mas alternativa- y me puse encima los trapos, con hongos y todo. El personal de seguridad encontro mi camara de fotos escondida en el bolso; mas por mi torpeza con el idioma pronto se dio cuenta de mi condicion de extranjero, asi que me permitieron llevarla conmigo a cambio de no fotografiar durante el espectaculo. Debe ser por eso del flash que molesta a la mirada de los combatientes, y ello puede restarles concentracion sobre las tablas. Nunca cierres los ojos mientras estes en el ring, recuerdo aun los gritos de mi entrenador durante las sesiones de boxeo en la Vicentina, cuando joven.

Entramos. Las presentes imagenes fueron tomadas con una camara de fotos que incluye video para principiantes.
Respire a los tiempos ese ambiente de apuestas, de gritos por dinero facil. Los primeros boxeadores saltaron las cuerdas. Con sus cuerpos atleticos, hermosos en su juventud y en sus punios, con la piel untada de aceite, sus rostros con grasa para que resbalen los golpes, y en ellos sus miradas que desafiaban al mundo, cuando apenas eran dos gladiadores que debian moler sus cuerpos a golpes para complacer a un publico cada vez mas exigente de accion. El orgullo mismo del deporte estaba representado en los brazos de quienes, desde su origen humilde, intentan conseguir un nombre, mas que dinero mismo, que les permita salir del anonimato y luego, quiza de la miseria a que fueron condenados antes de nacer y cuyo karma lo heredaran a sus hijos, si antes no brilla su estrella esta noche. El show del calentamiento habia comenzado. Mientras observabamos a los atletas, yo pense si aqui tambien se entregara a los mas debiles las migajas que caen de la mesa de los ricos a traves de bonos y microcreditos que son una cachetada -con los billetes- al alma.

Pero el rey aqui no se burla de los pobres, no va de pueblo en pueblo ostentando su corona con soberbia e intimidaciones a los mas debiles. El rey aqui es un honorable anciano que trabaja en silencio y deja hablar al tiempo. Varias veces ha renunciado al trono para no interferir en los destinos del reino con su figura, pero ha sido su pueblo, sin importar su condicion social, el que le ha permitido seguir alli, el pueblo agradecido con sus ensenianzas, con su conducta de vida. Cada dia ellos deben escuchar sus palabras para saber que empieza el dia o acaba la noche. Hoy esta postrado en un hospital a causa de su avanzada edad, mientras la ciudad vive un ambiente de preocupacion, porque el rey con su figura nunca dividio al pais.

Sereno, con tono firme y a la vez dulce, invita a su gente a levantarse cada dia con optimismo, a estar juntos y arrimar los hombros para sostener los grandes proyectos de la nacion. Los habitantes, en cambio, agradecidos se ponen las camisetas con el amarillo oro, el emarillo sol, y salen a sus trabajos. Cuando llegue aqui hace un mes, me sorprendi ver a la poblacion vestida con dicho color. Y mucho mas el lunes. Moon me explico que ese era el dia del rey y que al llevar tal prenda en sus cuerpos significaba respeto, veneracion al mismo. Aqui hay fabricas -no estatales, ni partidarias de partido politico alguno- que se dedican a fabricar esa tela en algodon 100%. Se cose en cantidades y no hay almacen que no las exiba. Pero no es solo el lunes, cada dia se ve a la gente con tales camisetas. Los rascacielos cuelgan de sus paredes gigantografias, para que todos lo puedan leer a kilometros de distancia: Long life the King. El pueblo y el tiempo son los jueces mas temibles e implacables de las clases politicas; y hay algunos que, deslumbrados aun por el brillo meteorico de sus carreras, vanidosos ante las luces y las camaras, envanecidos con sus pequenias victorias temporales, no se han dado cuenta de ello.

El rey aqui es casi un dios, aunque sin influencia en las grandes decisiones del pais. Tailandia en la actualidad carece de carta magna y es regido por un primer ministro nombrado desde el ejercito, tras el ultimo golpe de estado del 16 de septiembre del 2006: otro deporte nacional en estas tierras tropicales. Pese a este capitulo, el pais no se detiene: el reino del Siam es una potencia economica dentro de Asia. En sus calles se respira trabajo, ganas de avanzar a algun lado, de salir de la miseria en la que esta sumergida mas del 60% de la poblacion.

Es verdad, uno de los miembros del denominado tigres asiaticos (por el crecimiento vertiginoso de su produccion y mercado) tiene garras de goma: la riqueza que genera su aparato productivo no ha mejorado el standart de vida de la mayoria de habitantes: ha ido a pocas manos y a una clase media que nacio y permanece fuerte a la sombra de las empresas estatales, anciosa por comprar lo que asoma en las vitrinas y que mantiene por cierto a flote la economia interna; junto a los nuevos ricos, frutos de la industria tecnologica en comunicaciones, automotriz, maquinaria pesada, textiles, joyeria en oro y plata, la rama agricola... La produccion genera trabajo y este bienestar en la gente; el resto son discursos de tarima. En las calles nuevas de Bangkok esta el bullicio, el entusiasmo por el trabajo digno y honrado. Main pe lai, es la frase usual aqui. No Problem! Si no hay algo en la construccion, entonces salen a vender en las inmensas avenidas. O compran un tuk-tuk, un taxi de tres ruedas y cruzan la ciudad con pasajeros y mercaderias.

Siempre hay algo que hacer en vez de recibir o dar limosnas, cada dia hay un amanecer diferente; yo lo he visto aqui, en mi segunda patria. Pero dejemos los lirismos -que raya en lo patetico = de lado y vamos al ring. Los jovenes, cada cual en su esquina hace su respectiva ceremonia. Entonces al combate. Van directo a lo que vinieron. No hay rounds de estudio, como la seleccion ecuatoriana desde el anio anterior, porque hasta ello ya pierden el combate. A los golpes, muchachos! Que la victoria se va con uno apenas (lastima!)... o con los jueces, en caso de empate.


Uff! Ese golpe si que duele! Otro jab a la zona hepatica! Mas que el combate, observad las instrucciones del manager desde la esquina. Hagan sus apuestas! Voy al rojo, doble al azul! Tres uno al azul! Se miran a los ojos, cierran en medio del bullicio las apuestas y a sufrir con los boxeadores. La pregunta es: como pagan luego del combate? Aqui, como en America, se respeta la palabra de gallero. Gane o pierda, al final paga o cobra.

A break, terrible break! Entonces vino lo que me hizo volver a tierra. Lo que esta bien para la mayoria no puede estar bien para todos: ninios en el ring! Supuse que seria un numero de gimnasia, de esos que vemos a menudo en el colegio, pero cuanto me equivoque: no pasaban de 14 anios, estaban en esa categoria y subieron al tablado para un duelo a muerte a cambio de gloria! Que gloria! Cuando vi el combate de los 16 mismo ya perdi el entusiasmo, peor con estas imagenes. Entonces pense en mis hijos. Sere cursi o vulgar, lo que sea, pero no pude seguir viendo...se acabo la memoria de la camara! Mientras que el combate recien empezaba.

Al final gano el de pantaloneta roja. Aun lo recuerdo, con su rostro sangrante, sus piernas y cuerpo lleno de moretones, alzando los brazos victoriosos ante el delirio del publico. El padre, boxeador en el pasado, que alumbro una noche y luego desaparecio, igual que muchas estrellas se extinguen con su propio brillo, anonimo y casi borracho ordeno a su pequenio arrodillarse ante los jueces, ubicados a los dos costados del ring. El mas que nadie sabia que de ellos depende en mucho el brillo de un cometa. Su nariz achatada por los golpes y sus brazos tatuados debieron recordarle aquello. Y asi instruyo a su hijo.

A star is born! Dijo Moon. Ha nacido una nueva estrella. Sonreimos. Esa estupida reaccion cuando no podemos solucionar nada! Al final, si no puedes con el mundo, viva el barcelona, mas claro! Grite en medio de la multitud que empezo a abandonar el coliseo. What? Replico de inmediato Moon. El no entendio esta frase, y tampoco le interesaba. La luvia nos esperaba de nuevo afuera.

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