Samstag, 24. März 2007

NUEVAS VOCES DE LA POESIA

Hace veinte años, cuando Miguel Donoso Pareja coordinó el primer taller de literatura en las tierras fangosas y estériles de nuestra aldea, se desató el huracán, todavía lo recuerdo, entre los "famosos" escritores "con cancha", y los que emergían -como alternativa ante al fracaso de sus antecesores en la creación de una literatura original y por tanto universal- para hacer escuchar también sus propuestas; tomando en cuenta que no todo lo que se publica o está dentro de lo "reconocido" era la voz oficial de una genración, sino también aquellos "aprendices de la palabra" -como definió Miguel a sus alumnos de entonces, los que estaban tramando, conjurando y no tenían un "nombre o membrete" sino que simplemente eran los (a) nuevos (a) "operarios" (a) que un día con sus obras esperaban recibir el calificativo de escritores; aunque luego tengan que huir, como el creador de aquella delicada e ingenua criatura llamada Frankestein, cuyos pedazos en descomposición pertenecían a varios cuerpos; mas esa misma maza de carne maloliente y supurado aún por las costuras cosidas al apuro por un aprendiz de médico que nunca se de dio cuenta que en realidad era un dios- tuvo la osadía de pedirle cuentas a su creador.

"El creador no sabe los mounstros que engendra: da forma a las líneas que se agitan en sus sueños y luego entrega la obra, antes que ésta le exiga quitarse la vida", dijo Sam Eou antes de inclinarse a tomar suelo una moneda que su rey había echado con anticipación al piso para ver con qué clase de sabandija entraba a su palacio.

Aquí presentamos a tres jóvenes voces pertenecientes al taller de literatura de la CCE, coordinado por Diego Velasco. "El tiempo no tiene memoria", escribió Liu Peng, y destruyó sus escritos. Es lebe die neuen Stimmen.

JOHANA LÓPEZ *


LURE EN ĀGRA
κρυπτς

Del 0 (cero) al cero
¡Por favor, la última tentación…!


Había consentido quimeras…
dejar de comer cebollas,
papas,
hormigas,
porque según el taita
[1]
bajo la tierra vivía el supay…

¿Cómo alcanzar tu origami…?
si cuando yo pedí agua
me dieron ajenjo…

Acaso, ¿conocerte sería parte
de romper mi inopia,
mi poca iniciación hermética…
…paralela educación
de caballos y duendes,
mientras dormitada en los pistilos
junto a las 9 hadas de Andersen?

Henri Bergson y Emile Cioran
mi sombra…
ellos la sacarían de la cenosis silvícola,
de la encementada objetivación de las almas
(por si quisieras, algo, de mí saber)

¿Estás…?
quiero que estés,
en esta sacralidad momentánea,
“Tratado espiritual de los soberanos misterios…”
[2]
mi nombre
en la mano creadora de “Heidi…”

De ti,
5 ósculos para mÍ,
con tu aliento de spicata,
con el mismo aire
que alimentas tu 2da. intuición,
y me tienta perfil arriba,
la prudencia de tu misterio
Pseudocultista para mí,
¿Y yo…? Tana perdida
en esta tercerización identitaria.

8 veces para auscultar-me
-“La metamorfosis de Dafne”-
[3]

¿Concentración?
6 vagalidades surrealistas…
como en “Los cantos de Maldoror”;
[4]
padezco sordera, a conveniencia…
sólo escucho
las psiquis trasnochadas,
¡¡hambrientas!!
de quien come vulgos y proletarios
o tal vez son ellos
que fingiendo ser, sus 9 verdugos,
se agitan en mis fantasmas,
para mirarme
y olerme…
(por si quisieras, algo, de mí saber)

En la suavidad de tu voz,
de tu refinado conocimiento,
me he disipado a 0 (cero)
en letargo profundo,
sin que pueda decirte
nada nuevo,
en tu barba para perderme
liada sensación
que jubilea el viento…
te comparto mi vehemencia interior
para abrirme al 7mo. día
de Aquel que descansa…

Aunque ni Hou Tu ni la diosa Gaya lo hayan dicho…

[2] de Fray Juan de los Ángeles [3] de Oviedo [4] del Conde de LautréamontLos

*Quito, 1980. Es arquitecta por la Universidad Central. Prepara un cuaderno de poesía y una investigación sobre poetas suicidas del Ecuador, para la colección Luz Lateral.

SONIA CRUZ


Los Gatos
Graciosamente bailan, sutil exquisitez
deleite de la luz y de las sombras su néctar,
sueñan en los jardines de almibarada nuez,
solitarias estrellas de luces eléctricas.

Pupilas de jazmines, ámbar y terciopelo,
colores de fuego, velos de luna carmín;
riachuelos dorados, constelación del cielo
fugitivas claroscuras melenas sin fin.

Mágica estirpe, dueños del reino del silencio;
místicos seres, vaporosas nubes, sosiego,
bálsamos de paz brotan de su lírica voz,

frasquitos de aromas dulces y polen de Pafos;
rasgan los soles y crean mantos de dulzor,
presuntuosos caballitos de un mar seductor.

Preludio
Las flores se deleitan en su cáliz de vapor y ensueño.
Huyen los tréboles de las horas.
El sol se adormece…

Se embriaga el ambiente de pálidos néctares y aromas frutales.
Frescura salvaje asciende en perfumes:
semillas de fuego,
vertientes de oro, miel y polen.

Danza el prado con los últimos rayos,
principados de nubes, exóticas artes.

Derrama el tiempo su copa inmortal en un ocre manto;
ardientes las lágrimas del solitario astro…

La herida metálica se abre a lo lejos,
plateadas manos y cabellos.
Insondable ternura. Blandísimo seno.

Estrella


Absoluta pradera de seductores colores y sensuales
esferas.
Cofradía de mieses pardas. Caricias fugitivas.

Perfumes silvestres dormitan en la suave vertiente,
flores extrañas, sedas de plata e hilos dorados
tejen su melancolía desde el cielo.

Azafrán ardiente;
cristalina esfera de un frágil lienzo.

Otoño enfermo…

Circense
El fuego retuerce los cóncavos
los convexos: rasga toda piel
toda huella…
Ángel sinuoso, torrente implacable, fulgor de paz.
Amadísima fuente de sentimientos ácidos.

Joker demente,
as de crudeza,
última espiga.
Noche hueca
implosiones estériles
caída…

Ardid asesino.
Placer que revienta en tormentas de diminutos dorados
-a solas-

Sutil carnicería humana…

¡Beso en la frente
y daga en el cuello!



*Licenciada en literatura y castellano. Desarrolla un estudio entre sicodelia y literatura en Ecuador.


María Fernanda Vinueza*

¡Hoy parí un corazón!.
Hace un siglo que lo gestaba.
Esperma en el pecho. ¡Herir no! -Solo comer y besar-.

LOLITA el género. - Astro cubierto de barro-.
MUJER el nombre. - Lodo sangrando-.

¡Me engañaron!.

Voy a sacarles los ojos.- ¡Creí que nací de un costado!-.


¿Confirmar mi sexo?
Soy el nombre que ha muerto.
Soy esencia hiriendo pupilas.

Soy un átomo vibrando que TE AMA
Desde la húmeda tierra del patio de tu casa.

II
¡ Oigo el canto de los muertos¡
Provocando saltar sobre mariposas.
Se siente viniendo desde los pies de Adán
Mojando los templos
Con la luna ardiendo.

¡Colapso de luz!.

¡ Oigo el canto de los muertos¡
Su voz alumbra estrellas rojas.
Se extiende a través del útero
Como en el principio,
Amenazando con salir corriendo del paraíso
Que será de la preñez prematura de Eva?.


¡Oigo el canto de los muertos!
Atrapando mares rojos –nuevamente el rojo-
Echando al hoyo negro los vértices
Y coronado sobre las montañas
La ruta cíclica del ajedrez. - Morir, nacer, morir, nacer, morir...-


III


Mordiendo los pezones del amor
Me deshago en policromías;
Que escupen el eco de voces que ríen
Y a veces desdoblan los ríos.

Sophia,
¿Quién soy?- Callas-.

Sophia,
Recortándome.
Diluida soy nada. ISIS
Aún en tu humedad.

Prefiero cantar
Y salir a buscar a Dios en ventanas estrechas.

¿Invisible?
¿En el mundo de los vivos?.


Frente al abismo: ¡Me reconozco!. ¡Soy!.
Sol y luna equilibrando el tiempo.



IV
Aquellos –que han muerto
Aquellos -de manos líticas y pies de hilo
Aquellos -que esconden el sol entre sus ingles

Aquellos limpian los labios de la luna con antojo
y me provocan abrir las piernas...


III

¿Dónde están los orificios de mi sombra?

¿Soy, la que respira en tu oído?

IV

Una vez el alba
la serpiente anunció
el Apocalipsis de Fernando
– abrázame-
Que el tiempo del hombre casi empieza
La última vez...
El ocaso. – Bosque y luna mojada. Partir, no...


Que no toco,
Que se tarda,
Que se estira y esculpe esferas sobre el vientre de GAIA.


* María Fernanda Vinueza. Riobamba 1983. Estudiante de Medicina en la Universidad Central del Ecuador. Integra los Talleres Literarios de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Integra además el Taller Literario Babel de Quito.