Freitag, 26. Juni 2009

MICHAEL JACKSON



No es su muerte, es una parte mía que muere con él. Cómo olvidar su voz llena de demonios y zombies que volvían del otro mundo a recoger los pasos que habían olvidado cuando vivos: el canto y el baile.


Cuando llega la hora no hay doctor que detenga la muerte. Aquel genio con cara de niño y cuerpo de hermafrodita fue acusado de pedofilia, de odiar su raza, de enriquecerse a cualquier precio...tantos comentarios quedan atrás. No va más, le dijo la muerte, que estaba esperando a que los médicos fueran por su lounch y ¡tzas! echó su zarpazo.


Al verlo solo e indefenso, "Ven" le dijo la muerte, y él se fue sin esperar a nadie. Hoy me di cuenta que mi infancia acabó hace mucho tiempo. Vaya mi homenaje a quien me acompañó con sus bailes y canciones casi toda mi edad y de quien admiré, más allá de sus poses o escándalos: su modo de amar y de vivir hasta las últimas consecuencias. Ha muerto el rey, viva el rey.

Mittwoch, 24. Juni 2009

Lección


Tomado del libro VIAJES, Quito 2007,
de Rafael Marcelo Arteaga






Soy feliz porque volvió
la primavera
y me halló de nuevo aquí;
voy a los matorrales
y en la paja me revuelco,
igual que un perro sin dueño,
o la sombra de Whitman.
Miro al sol en las montañas,
a los niños cruzando el lago;
me agito con los ojos
de mi amante,
intensos,
a veces turbios como el río,
donde me ahogo
sin prestar resistencia.

Hoy aprendí que el mundo
no acaba sin mí,
que un insecto debe
hacer bien lo que sabe:
beber sangre y huir,
sin pagar
a cambio con su vida.

Montag, 15. Juni 2009

tiempo de partir

Con caricaturas de Bonil



“El hombre se vuelve valiente cuando está con mujer nueva y cuando tiene dinero”, reza un adagio popular en Brasil y demasiado cierto en nuestras tierras tropicales. El precio del barril de petróleo está de nuevo al alza, aunque no en los niveles del 2007, pero más cerca de los pronósticos de muchos “brujos económicos” y ello permite a nuestros “revolucionarios” tener una burbuja de aire para respirar -aunque de modo artificial, por lo menos este año. Y luego…luego ya veremos qué se hace. Es tiempo de ser valientes otra vez, de profanar las tumbas y frente a sus esqueletos recordarnos cada instante lo mal que nos fue cuando ellos estuvieron en el poder y de lo bien que nos va con las mentes lúcidas de ahora. Es tiempo de los insultos, la persecución a través de los organismos del estado contra quienes no están de acuerdo con los proyectos del gobierno.

Si es por democracia, Ecuador es campeón: ¡Fuimos siete veces a las urnas en dos años y medio! Si es por constituciones, tenemos 22 frente a 1 de Estados Unidos. Si es por presidentes llevamos ventaja: en ocho años tuvimos diez, frente a uno de Colombia o dos de Francia. Hasta un triunvirato, por más señas. Si es por morosos, no pagamos, simplemente porque creemos que los prestamistas se aprovecharon de nosotros…pero luego de malgastarnos los créditos. Si es por convenios de comercio, nos aislamos no más, mientras nuestros vecinos buscan nuevos mercados donde vender sus productos. Creemos, no, creemos no. Creen que prohibiendo o alzando los aranceles a las importaciones Ecuador ganará cuanto su industria y sector productivo no es capaz de generar y en vez de ello, basta un paseo por la ciudad para ver con asombro que las mercaderías de prohibida importación abundan en los almacenes, solo que a precios más altos, que paga el consumidor, gracias al contrabando, que se multiplicó por diez, pese a los esfuerzos de las autoridades; en tanto la industria local no se recupera y no tiene visos de hacerlo en los próximos meses, mientras no se aclaren las reglas de juego de parte del gobierno, reglas que deben estar acordes con los tiempos en que vivimos y no guiadas por un recetario ideológico que ha fracasado en otras regiones.


Un país que no produce pasa a ser dependiente de importaciones, no hay otra lógica en economía. Aquí estamos ocupados en "refundar Ecuador", mientras las naciones vecinas se recuperan de la crisis mundial y apuntan sus industrias a conquistar nuevos mercados. No hacía falta otra constitución. Bastaba con respetar y cumplir con la que descartamos en las urnas. Hay una nueva ley de tránsito y para desgracia nuestra los accidentes se han incrementado a nivel nacional de modo alarmante. ¿La ley es mala, entonces? Los niveles de vida alcanzados por otros países fueron con trabajo y mucha disciplina. Aquí se reparte miseria en vez de generar riqueza e intentan convencernos que uno debe comer su sopa y basta, porque del resto se ocupan "los elegidos". Uno no puede encender la radio o el televisor porque sus espacios están llenos con propaganda oficial. Desde hace meses se recuerda a los habitantes la adquisición de 35.000 chalecos anti balas para la policía nacional. Las voces de ingenuas ancianas sirven para recordarnos que los servicios en los hospitales estatales ahora son gratuitos. Los canales estatales son dueños de los derechos de televisión para transmitir los partidos de las eliminatorias de futbol Sudáfrica 2010 y cada minuto nos restriegan en la cara 68.000 niños de la calle fueron incorporados a la educación, 850.000 niños reciben alimentación, libros, uniformes escolares gratis de parte del estado, que el sistema vial es de primer orden, que la agricultura empieza a despegar, que la gripe porcina está bajo control, que la industria local está en los mejores niveles como nunca antes. Insoportable, simplemente, porque la realidad aquí es diferente.

Por citar algunos ejemplos: es cierto que por la atención en los hospitales no se cobra, pero se tiene que hacer inmensas colas con uno a dos días de anticipación. No hay medicina gratuita como se pregona en la propaganda oficial: al usuario le entregan la receta, éste va a la farmacia del hospital y allí le dicen que justo ayer se acabó la medicina, o le dan dos tabletas ese rato, cuando la dosis es para ocho o quince días, y el resto debe ir a comprar en las farmacias de afuera, por lo general pertenecientes a un médico o pariente de alguien que trabaja adentro. Pero más preocupante es que los primeros beneficiados de las buenas intenciones del gobierno es justo la gente de estratos altos, la que siempre tiene sus padrinos en los hospitales y no deben hacer cola ni madrugar para recibir un turno; además, las medicinas de las bodegas si hay para ellos, porque la salud ya es de todos, no solo de los pobres.


Otro caso: el gobierno -durante campaña electoral- declaró al país libre de analfabetismo y se armó tremendo jolgorio en cada ciudad donde él llegó, pero una vez pasada la calentura de las elecciones nos enteramos que solo en la provincia del Guayas hay un 9% de población que no sabe leer ni escribir, mientras en Imbabura es el 11%. Ello, por cierto, no es sólo culpa del actual gobierno, mas éste no debería empeñarse en dibujarnos un país que existe solo en sus discursos, mientras sus acciones y palabras apuntan en dirección contraria. Ayer fue otro día de elecciones y ojalá haya sido el último durante los próximos cuatro años.

Es tiempo de dejar de ser valientes pensando que el precio del petróleo va a subir de nuevo, y dedicarnos a trabajar. El pretexto burdo de suspender a un canal de televisión porque transmitió las corridas de toros, o por haber informado "con mala intención" sobre la existencia de un centro paralelo de cómputo durante el conteo de votos en las elecciones del pasado 26 de abril, solo empaña aún mas el panorama nacional. Más allá de afirmar si hubo o no fraude electoral, tal como hoy se escucha de Irán, o se dijo de Venezuela o Nicaragua (vaya coincidencia) contaré lo que yo viví aquel domingo en que se eligió presidente.

Aclaro, no es mi afan crear más polémica. Mi hermano, conserje de una escuela en Otavalo, y recinto electoral durante las votaciones, me pidió ayudarle a vigilar para que nada se pierda. La jornada transcurrió sin novedades, hasta que llegó la hora de abrir las urnas electorales, contar, escanear y luego enviarlas -con las respectivas firmas de responsabilidad- a los centros de cómputo en Ibarra. Yo me dediqué a controlar aula por aula a fin de que todo esté en su lugar, mas cuando oí discutir a los responsables del conteo de votos, me acerqué de inmediato a la aula improvisada para abrir las urnas y pude comprobar lo que ocurrió: en la mesa 4 de dicha escuela estaban inscritos para votar 355 personas, y resultaron 732 votantes, y casual o no, todos los votos fueron para Rafael Correa y Mario Conejo, candidato a la reelección de alcalde de Otavalo. Luego abrieron la urna de la mesa 8, y allí estaban registradas 482 personas para sufragar, pero asomaron 807 votos y otra vez por ambos candidatos en mención.

¡Ese si que fue un buen número de magia! Los vocales dijeron que no se preocupen, que se entregue no más las urnas a los militares para que éstos las lleven al tribunal electoral de Ibarra. Hasta las 20:00 hrs. el candidato Gustavo Pareja llevaba alguna ventaja al señor Conejo, pero a las 21 horas éste último salió a festejar el triunfo. Luego vinieron las acusaciones de fraude del resto de candidatos a nivel nacional; en otras ciudades -inclusive- los habitantes quemaron las urnas electorales y ello condujo a nuevas elecciones. Insisto, yo sólo escribo lo que vi en la escuela donde trabaja mi hermano. Ignoro lo demás. Por fortuna ya tenemos el certificado de votación. Sin él nada somos. Mi ticket de regreso a Asia está listo. Aquí se me descargan demasiado rápido las baterías.

Es tiempo de volver a Bangkok.

Freitag, 5. Juni 2009

LA CRISIS (Y LOS POETAS)

Reencuentro con Rómulo Cuello

Por Rafael M. Arteaga



-Desde que tengo uso de razón siempre he escuchado esta palabra.  Crisis económica, crisis de gobernabilidad, crisis de educación… crisis y crisis. Somos las palabras que usamos cada instante. Y así actuamos. Se dice que Ecuador está sobre una montaña de oro. Nosotros vemos la montaña, pero no aprovechamos su riqueza ¡porque pensamos que somos ricos! -Así hablaba Rómulo Cuello, cuando fuimos a visitarle una tarde en el hospital.
-Se escucha en los comentarios de la gente-, se atrevió a decir Jorge, -que cada cien años nace un revolucionario.
-¡Esperemos hasta entonces! -Gritó con enfado el maestro. -Porque aquí, en Ecuador, no he visto aún tal espécimen-. Luego, casi contando las gotas del suero que entraba en su cuerpo, averiguó: -Denme el nombre de un “revolucionario” en nuestro país-. Nosotros cruzamos las miradas y guardamos silencio. Fue lo mejor que pudimos hacer.
-Ecuador está preparado en su mente para el gobierno que hoy tiene. No más. Chávez cree que sin él Venezuela se hunde y por ello se aferra al timón del Titanic; aunque en la realidad o en el cine el barco se hunde de todos modos. Daniel Ortega, en cambio, lleva 30 años en /y/ tras el gobierno de su país y ¿dónde está Nicaragua hoy? Imponer una ideología es cuestión de adoctrinamiento. Cuando los europeos llegaron a Aba Yala (tal es la denominación de los antiguos pobladores a América) impusieron la religión del miedo –esa cuestión de pecado= castigo e infierno- para mantener sumisos a los aborígenes. Hoy es la crisis económica, la gripe porcina. Hace dos años fue la gripe aviar. En Estados Unidos –desde Ronald Reagan- es el terrorismo, y aquella palabra de tanto repetirla se volvió un deber moral y cívico con el que todos sus ciudadanos deben estar de acuerdo.
-La crisis no está afuera. Está en nosotros. Y para llegar a tener una actitud –más crítica y, al mismo tiempo, solidaria con el mundo- se requiere de un largo y disciplinado proceso interior, apoyado –por supuesto- en una educación diferente a la de nuestros días. A las élites políticas y clases acomodadas no les interesa cambiar el estado actual de cosas, porque miseria e ignorancia son los componentes básicos para asegurarse ellos y sus cachorros cien años más de privilegios.
-¿Saben nuestros “revolucionarios” el significado de la palabra política en su idioma original? ¿Leyeron alguna vez La República? Qué novela o libro de poemas acaban de leer y eufóricos, con un golpe en la mesa gritaron: ¡Viva la literatura! ¿Se esfuerzan cada día por ser mejores padres? ¿Enjuagan sus bocas antes de bendecir a sus niños camino a la escuela? “Soy padre, luego arconte”, decía Pericles, el gran diseñador y constructor de la Atenas clásica, hace 2.500 años. Y no se equivocaba. En estos detalles comienza el camino de un buen gobernante. Sólo quien ama y respeta a su familia será capaz de servir de corazón a su pueblo. Esta es la definición de la palabra política. No es el insulto, las amenazas, los monólogos de cada sábado, tal esos capítulos aburridos de telenovela mejicana. No son las luces sobre el escenario, las cámaras lo que hacen grande a un hombre; es el respeto a los que no piensan como él. Son sus palabras, sus obras -que tienen ritmo interior propio-: nacen y adquieren su verdadera dimensión con el tiempo.
-Pericles estuvo a la altura de los desafíos de su tiempo, de su patria llamada Atenas. Y de él aprendimos que un gobernante es la gente que lo rodea, las palabras que usa con frecuencia, las acciones que ejecuta. Pericles tuvo como profesor de arte a Fidias, su amigo personal y arquitecto del Partenón. Fue un admirador del teatro y en silencio –sin esclavos- acudió a las representaciones de Esquilo. En la cabeza de Sófocles puso la corona del preciado laurel, declarándolo vencedor de los festivales de la tragedia. A Eurípides lo nombró preceptor de sus hijos. No confiaba en los discursos de Sócrates, ni en la juventud que se reunía con él junto al ágora, pero tampoco los hostigó con insultos o con amenazas de sus guardias. Tucídides y Heródoto fueron sus historiadores.
En nuestro país, en cambio, no hay duda que el actual gobernante pertenece al club de los poetas muertos. Y ¡rodeado el señor Correa de tales especímenes, cómo podemos hablar de esperanza!
-Ey, Rómulo-, le interrumpimos, -¡para qué metes a los intelectuales en esta sopa! Suficiente castigo tienen con su domador en la jaula del zoológico-. Pero él no se dio por aludido y siguió vociferando hasta que su madre, asustada, entró en la habitación. Se acercó a la cama y al ver que las gotas del suero caían a prisa, como las palabras de su hijo, decidió suspender la visita.
A Jorge y a mí nos causó alegría ver a Rómulo de nuevo. El viejo lobo de mar estaba de vuelta.