Samstag, 16. Juni 2012

CHARLES BUKOWSKI TRIBUTE (part II)



Spanish free version by Rafael M. Arteaga


 


tal vez lo ignores, pero yo soy un poeta. tú puedes verme
cualquier día en el salón, medio borracho,
junto a la ruleta, cerrando apuestas directas.
déjame decirte que allí hay ciertas mujeres caminando
en la dirección que va el dinero, y a veces, cuando miras
a todas esas putas, esas de cien dólares,
piensas si la naturaleza no te está jugando una broma
al mostrar tanto seno y cadera en una misma
hembra, y tú miras, observas
y miras y no puedes creer que haya mujeres
como ella, cuando hay otras simples y comunes
con las que tú quisieras hacer algo más
como demoler pinturas o dar al traste con los álbumes de Beethoven
a espaldas de John; de cualquier modo, la ronda
se acaba y los sueños de los niños grandes también
los no profesionales, los productores, los camarógrafos,
los amantes de María, el vendedor de pieles, los dueños
de sí mismo, y Sant Louie entra al juego esta vez:
la rueda partió cuando él estaba cerca;
la siguió con su cabeza baja, y era parsimoniosa y horrible,
35 a 1, yo puse un 10 más abajo.
la rueda echó a girar de nuevo,
pasó por la cerca donde él estaba solo,
anduvo cuatro veces seguidas
giró
por la valla malla exterior
viajando dos millas
en una
hasta que acertó de modo loco e infernal
-aunque aún tenía fuerza,
y la más rubia del salón,
toda pechos y nalgas, fue
conmigo hasta la ventana de pagos.

aquella noche yo no la pude destrozar
aunque mi cachorro disparó saetas
que fueron a dar en la pared de la habitación.
después asomó ella en bata de dormir
tomando un Old Grants
y me dijo
qué clase de hombre eres que vives
en una pocilga como ésta. 
yo le dije:
es que soy poeta.

ella movió su cabecita hermosa hacia atrás y se puso a reír.
tú…tú…¿eres un poeta?

eso creo, contesté yo. eso creo.

yo le caía bien, aun le caía bien.
y todo gracias a un caballo loco
que escribió este poema.


EL ALIEN

from The Last Night Of The Earth Poems

tal vez no lo creas
pero hay gente que va
por la vida
con sus pequeños
problemas y aflicciones.
se visten bien, duermen bien
viven alegres
con su vida familiar.
son tranquilos
y a menudo
la pasan muy bien.
y cuando mueren
tienen una muerte dulce, casi siempre
mientras duermen.

tal vez no lo
creas
pero hay
aquel tipo de gente.

yo no soy uno
de ellos.
oh no, yo no soy uno de ellos.
ni siquiera
estoy cerca
de parecerme
a ellos.

pero los hay.

y yo estoy
aquí.


MALOS TIEMPOS EN LA CALLE 3 Y VERMONT HOTEL

from: You Get So Alone At Times that It Just Makes Sense

Alabam era una víbora y un salteador que venía
a mi piso cuando yo estaba
borracho y cada vez que yo
convalecía, él se ocupaba de abollarme
de nuevo.

tú, nauseabundo, le dije un día, te doy en la madre.

pero él me abolló
de nuevo.

un día lo sorprendí, justo en
el templo,
el retrocedió
y se hizo humo.
yo en cambio
unos días más tarde
me follé a su
novia.

luego bajé y golpeé
su puerta.

mi querido Alabam, acabo de follar
a tu hembra y desde ahora
voy a acosarte hasta el infierno.

el pobre se quedó mirándome,
puso sus manos en el rostro
y empezó a llorar.

yo me quedé junto a él
mirándolo apenas.

y así lo dejé
hasta volver a mi habitación.

los dos éramos un tanto locos, sin empleo,
y todo lo que teníamos era el uno al otro.

y desde entonces mi casi hembra iba de
bar en bar, y hasta dejé de verle
por algunos días.

yo tenía los restos de una botella
de oporto.

la abrí y fui a la habitación
de Alabam.

ey, rebelde, qué tal
un trago? –le pregunté.

él me miró sorprendido, se incorporó
y fue por dos vasos.

 
AQUELLAS MUCHACHAS DE AYER

from: You Get So Alone At Times that It Just MAkes Sense
 
Irene y Luisa
fueron las jóvenes más hermosas
del colegio.
ambas hermanas,
Irene un año mayor, más esbelta
aunque difícil de elegir
entre las dos;
pues no solo que eran hermosas
sino también endiabladamente divinas
tan divinas,
que los muchachos se mantenían lejos,
temblando frente a su belleza;
y hasta eran más agradables
que las otras,
tal vez por llevar algo diferente
que las demás.
ellas vestían de cuello alto a menudo,
medias de seda
blusas
faldas
nuevas salidas
cada vez;
hasta
que un día
mi socio Baldy y yo las seguimos
desde la escuela a su casa.
mira que ambos éramos una especie
de muchachos malos de la calle,
más o menos
y algo más:
caminábamos diez o doce pies tras ellas
sin decir nada,
mirando apenas
su voluptuoso
vaivén,
el equilibrio de
sus caderas.

fue hermoso
ir tras ellas
de la escuela al hogar
cada día.

y cuando ellas entraban a casa,
nosotros permanecíamos en la calzada
fumando y bromeando.

“algún día”, le dije a Baldy,
“ellas van a invitarnos a entrar allí
y acabarán con nosotros”.
-¿en serio?
-¡seguro!

hoy
50 años más tarde  
confieso que nunca lo hicieron.
-no me interesa todas esas historias
que dijimos a los muchachos;
sí, es un sueño que
acompaña tu viaje
entonces
y ahora.


CLASES NOCTURNAS

from Dangling In the Tournefortia

en las clases del conductor en estado de embriaguez
ubicado en el capítulo 63
se nos entregó unos lápices amarillos
para comprobar
si habíamos seguido atentos
al instructor.
preguntas como: la mínima condena
para un conductor ebrio reincidente
es:
a)   48 días
b)   6 meses
c)   90 días
junto a otras nueve preguntas.
luego que el instructor salió del aula
los estudiantes empezaron a murmurar:
ey, qué tal la número 5, eso si
es un golpe duro
¿de qué hablas?
yo estimo que son 48 días.
¿estás seguro?
no, pero es
lo que yo escribo.
una mujer encerró las 3 respuestas
en todas las preguntas
pese a que se nos advirtió
que debíamos elegir una.

durante el receso, yo bajé
a beber una lata de cerveza
en el bar de la calle.
veo a una puta de negro
en su paseo de noche.
un auto se detiene
ella se acerca y negocia.
la puerta se abre
y
desaparece.

de vuelta a clases
los estudiantes han logrado
conocerse entre sí.
no son más que un grupo
de borrachos sin importancia.
los observo sentados
en un bar
y recuerdo
por qué comencé
a beber solo.

la clase inicia otra vez.
y es apenas para saber que yo soy
el único que acertó
el 100 por ciento del test.

me reclino en mi silla
sin quitarme las gafas oscuras:
yo soy el intelectual
de la clase.


UN DÍA MÁS

from: Love is a Mad Dog from Hell


oír el enfermizo blues
e ir al restaurante a comer.
te sientas a la mesa.
la camarera te sonríe.
es pequeña y gorda. sus nalgas demasiado grandes
pero irradia bondad y simpatía.
vive con sus tres meses y un chulo que no agoniza del todo.
o.k. toma tu 15 por ciento de propina.
tú ordenas un sánduche de pavo
y cerveza.
el hombre de la mesa del frente
tiene ojos azules y aguados
y una cabeza grande como la de un elefante.
unas mesas más al frente hay tres hombres
con sus cabezas pequeñitas
y sus cuellos largos
como los avestruces
hablando bajito del desarrollo nacional
y preguntas, ¿por qué insisto en venir acá
cuando está cerca la melancolía?
la camarera viene con el sánduche
y pregunta si quieres
algo más.
tú le dices
no, no, todo está bien.
y entonces alguien detrás de ti se ríe.
y es una sonrisa gangosa
con vidrios y arena.

tú empiezas a comer.

es algo.
una pequeña, difícil
y prudente acción
igual a componer una balada
para hacer llorar
a una jovencita de 14 años.
pides otra cerveza.
Jesús, mira a aquel tipo
con sus manos hasta las rodillas
y silbando
para colmo.
bien, es tiempo de salir.
toma la factura
deja la propina
y ve a caja.
paga.
toma un palillo de dientes
y llega a la puerta.
ahí está tu auto.
y hay tres hombres con cabezas
y cuellos
semejantes a los de un avestruz
subiendo a otro vehículo
cada cual con su palillo de dientes
y conversando de mujeres.
parten antes que yo.
manejan muy rápido.
supongo porque son los mejores.
hoy es un día insoportablemente cálido.
hay una primera alerta de smog.
hay pájaros, plantas muertas
o agonizando.

enciendes el motor.



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