Otra vez este malicioso de Bonil
Nuestro amado presidente podría constar en el próximo número de la
revista Forbes con sus 42,600,000 dólares ganados en menos de un año. Ya no
tiene que envidiar a Alvarito Noboa, quien está en el puesto 125 de los más
ricos de Sudamérica (igual que nuestro país en tecnología, eficiencia, inversión
y 136 en corrupción). Como es sabido, allí figuran los mejores empresarios del
mundo de acuerdo al peso de sus fortunas. La nación avanza y qué mejor en tiempos
de revolución (aunque algunos maliciosos escriben esta palabra con b, debe ser
porque la envidia mata).
Nuestro mandatario anda
tan alegre que no sabe qué hacer con tanto dinero. Lo ha ofrecido para fines
verdes (no a su partido. Hay muchos adentro que tienen mucho más dinero que
él con negocios a flor de piel con el estado, –Fabricio, su hermano, por
ejemplo); no. Dice que irá al proyecto del Yasuní para que el petróleo se quede bajo
tierra. Con su ejemplo, piensa él (o sus asesores) pronto vendrán nuevos
mecenas, deseosos de gastar sus fortunas a cambio de seguir respirando aire
puro.
Pero también ha dicho que va a darles a los empleados del diario El
Universo, porque como se quedaron sin camello y sin jefes (dos andan en la
yoni, y otro refugiado en la embajada de Panamá, en Ecuador) a fin de que
empiecen de nuevo como micro empresa, pero sin publicar cosas tan faltas de
estilo como aquel que le ha causado tanto sufrimiento moral y psicológico. Ha ofrecido –igual- esos milloncitos “bien
ganados” a los gamines, pirañas y canillitas que merodean el palacio de
gobierno. Y si que tiene corazón puro, porque hay tantos en estos tiempos vagando
por las calles de Quito, Guayaquil, Cuenca, Portoviejo….aunque creo yo no
alcanzará para tantos.
En fin, cada uno ve lo
que hace con su platica. Y no entiendo por qué los intelectuales andan
lloriqueando por ahí, con escritos y manifiestos condenando los pasos dados
para conseguir esa fortuna (que no es grande si comparamos con los más ricos
del planeta), ¿y por qué no hacen otra cruzada para condenar las fortunas
logradas con el tráfico de armas, drogas, la destrucción de la naturaleza a través
de la minería y el petróleo?
Pero él siempre mira más
adelante que los otros. Ya imagina cuantos miles de millones va a ganar con más
de cien periódicos en el mundo que han reproducido el articulito de Emilio
Palacio “No a las mentiras”. ¡Es que una cosa es precio al detalle y otro al
por mayor! Con tantas demandas en el extranjero, seguro que pronto alcanza el
puesto de los diez más ricos del planeta. Y sin tener que comprar y vender valores,
empresas claves de tecnología, sin invertir en la bolsa de Nueva York, sin
adquirir acciones de campos mineros.
Nuestro líder se ha dado
cuenta que la escritura rinde, y por ello se ha rodeado en su gobierno de
muchos escritorcitos (admirados en mi juventud) y periodistas que hacen muy
bien su trabajo ahora. Unos andan de embajadores, otros de ministros, otros de
cometintas en los medios del estado, otros que le soplan…al oído. Me refiero a sus asesores. El oficio de
escribir da buenos frutos, piensa él, y cuando el pobre estado no tiene dinero, ellos
ponen de sus bolsillos para que las ideas de nuestras mentes lúcidas salgan a la luz y nos guíen hasta salir de una vez de la “oscura
noche liberal” en pleno siglo XXI.
Al fin de cuentas, él es economista y domina los números, cifras y cálculos. Todo gracias a los periodistas. Ello es tener visión de
negocios. Bill Gates fue el creador de Windows, revolucionó el mundo de la
computación y se volvió millonario. Igual Carlos Slim con las comunicaciones.
Warren Buffet en armamento y petróleos. Es cuestión de olfatear e invertir.
Son sabuesos que descubren hasta el hueso de un dinosaurio, cuando otros ven
desierto. Sólo hay que acertar y él acertó. Que agradable será ver a nuestro amado presidente en la cima
de Forbes, después de tantas infamias publicadas en el mundo; pues donde unos
pierden, otros ganan en este país de los alemberg, gutenberg, valenberg….