Sonntag, 29. April 2012

Space shuttle «Discovery» final voyage



The Endeavour makes its final voyage to museum, after served NASA for 27 years, flew 39 missions, spent exactly one year (365 days) in space and orbited the earth 5,830 times. Every trip was just like   travelling with the Discovery to the moon and coming back to earth. Now it is on the way to a rest place: it´s sad, it is the final time.
Specs: Empty Weight: 151,419 lbs at rollout and 171,000 lbs with main engines installed.

Last flight on the back of a Boeing 747, from Cape Canaveral Space Center in Florida to Washington.









The Discovery space shuttle is going  safely back on Earth after a 12-day mission to take supplies to the International Space Station. 

Donnerstag, 19. April 2012

Safari

El rey Juan Carlos posa con dos búfalos que acaba de cazar (Gtres)
17 Abril 2012.

Nunca me interesó la vida de la monarquía española, y por tanto, nunca supe que el rey Juan Carlos era adicto a la cacería mayor, o que es presidente honorifico de la World Wildlife Fund for Nature. 

El rey ha sido descubierto en infraganti cazando elefantes en África, pero seguro que esto nunca habría salido a la luz  de no ser por su fractura en la cadera y por los perdigones del fusil incrustados en su pie, lo que demuestra que es un pésimo cazador. Pero, más allá de todo este bullicio alrededor de su figura, lo que se intenta de modo intencional  -en complicidad con los medios de comunicación- es buscar una válvula de escape a la tensión social que vive hoy la península ibérica.

El rey mismo es la imagen de España en estos momentos.  

¡Y yo que creí que esta especie de dinosaurio se había extinguido hace tiempos!
.
“Lo siento mucho, -dijo hoy en público- me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Es indudable que los tiempos cambiaron, pero no así el corazón de mucha gente. Son rezagos del feudalismo en pleno siglo XXI, pues la realeza española sobrevive gracias al presupuesto nacional alimentado por su gente, mientras el gobierno de Rajoy pide a los ciudadanos ahorrar al máximo.

  Dos especies en extinción. 

¿Por qué se disculpa? ¿Por ir de cacería a expensas de dineros públicos, mientras el pueblo español está sumergido en la peor crisis económica que se tiene memoria desde hace medio siglo? ¿Por romperse la cadera? Y ¿qué no “volverá a ocurrir”? ¿No habrá más descuidos ante la prensa? ¿No habrá más safaris a África?



Ps. Un reportero de Londres, enterado del dominio del rey Juan Carlos de la lengua de Shakespeare, le pregunta: Jaguar yu? A lo que él contesta: No, I´m zorry!

Dienstag, 10. April 2012

La ciudad


Tomado del libro ENCUENTROS, de Rafael M. Arteaga, Galia Editora-Mexico City, Primera Edición, 2009.

 Khaosanroad at night. Bangkok city, March 2012



La noche abre su enredadera.
«Vamos», me anima,
al verme sin compañía,
«a llenar mis alforjas con niños
y muertos antes que el sol aparezca».
Y juntos caminamos
por callejones nacidos a la sombra
de las máquinas,
poblados de prostitutas,
de seres oscuros en la edad
de convertirse en héroes;
sin lamentos contra nadie, sin memoria
en el asfalto de las grandes avenidas:
la cara que todo pueblo reprime
y oculta a los ojos del viajero.

En las paradas del metro
hay jóvenes atléticos sin saber
qué hacer con un arma en sus manos.
Y cuando se abren las puertas
de los vagones
baja y sube tanta soledad.
Hay túneles llenos de silencio,
donde dejamos la piel y el alma.

La noche observa bajo los portales
el tiempo del aguacero
y reduce el mundo a una palabra.

- «La ciudad», me habla ella,
«fue edificada a la medida de tus sueños».
- «Sus calles», me atrevo a confesarle,
«se parecen a mi madre en su abandono,
en sus casas que me esperan
cada vez que vuelvo allá,
con los mismos dioses y las mismas cruces.»

- «Hace siglos que la muerte
se hospeda en estas murallas»,
insiste la noche, 
-«siguiendo las huellas de tu nombre».
- «No me asusta»,
confieso yo de inmediato,
«pues es el precio que debo pagar
por mi derecho a la vida;
temo a esa otra peste del mundo
llamada soledad».

En los patios de la chatarra
hay una nostalgia de carreteras
cada vez que una bocina
interrumpe la agonía de un auto.
A nuestro paso
una mujer vestida de luto da a luz,
un hombre asoma -de pronto- en los zaguanes
y palidece un instante al vernos junto a él,
mientras su víctima, en una habitación,
grita el nombre de su padre.

Y el que habita el reino
de los vivos y de los muertos,
cuenta cada masturbación,
convencido que ello
es una descarga de vida.
Y el que pasa horas en vigilia
con el dilema del ser o no ser,
se incorpora de la cama
y resuelve su instante
jalando la cadena del baño;
los enterrados con vida, en cambio,
ríen de su suerte
con las mandíbulas abiertas.

La ciudad que hoy me ampara
y que de algún modo
logró detener el tiempo con sus piedras,
ignora que hace años
me refugié en sus paredes,
cuando sentí las distancias en mis hombros
y necesité un hogar;
no recordará mi nombre siquiera,
cuando mis huesos torcidos,
lo mismo que un auto viejo
junto a los hornos de fundición,
admitan que lo mejor de mi vida
ardió aquí.

- « ¿Qué es el tiempo cuando estoy ausente?»
Le pregunto a ella.
- «Nada», me revela al instante,
«si no has aprendido algo de los viajes».
Y mientras yo me hundo
en sus palabras, añade:
-«No esperes estar frente a la muerte
para saber que vale la pena vivir
cada segundo en la tierra.
El placer del vino,
los idiomas que aprendiste,
es la valija de mano que irá contigo
y que nadie podrá arrebatarte».

-«Y así como no es posible detener la lluvia,
te irás pronto de aquí,
igual tus diálogos con lo efímero
las cartas de ausencias y de amores
los nombres de amigos que quedan en el viaje».

-«Sueño y vigilia atrapados por siempre
en el abismo de la casualidad.
Huyes del ayer,
de su insoportable nostalgia
y esta ciudad, con sus muertos,
te recibe como un huésped,
sin pedir algo a cambio.
Nada será igual en tu pueblo
durante los días de ausencia,
mientras tu pasado no sea resuelto.
Si buscas ternura, extranjero,
ve a sus calles y deja que el semen
comprimido desde la infancia
acorte la eternidad de tus palabras».

Y en estas casas, cuyas flores
tocadas por el tiempo
caen al suelo
para dar paso a otras,
arderá la leyenda del instante
en que viví y amé
tal y como debió amarse la vida.